Sobre el pánico provocado por el consumo de agua de la IA
En la última semana se ha multiplicado la cantidad de gente que me pregunta, preocupada, por el consumo de agua de la IA. De hecho, en la conferencia que hicimos en l’Ateneu, fue una de las dudas más recurrentes: ¿por qué «gasta» tanto la IA?
Creo que el consumo «de la IA», como concepto, es interesante y merece la pena dividirlo en tres bloques: consumo de agua, consumo energético y consumo de materiales.
Consumo de agua
A ver. «La IA» no consume agua. No es un ser vivo. No bebe.
Los centros de datos donde se alojan los ordenadores que ejecutan estos modelos requieren de refrigeración. Usan un circuito cerrado de agua para refrigerar las placas.
¿Verdad que los radiadores de agua caliente de tu casa no consumen agua? Es lo mismo...
En el peor de los casos, si el circuito estuviera abierto, lo que harían es devolver agua limpia y un poco más caliente al ecosistema. El agua no desaparece, no se contamina, no se transforma.
Las máquinas no beben agua, ni siquiera la ensucian. La IA no puede usar agua para lavarse, porque la electrónica se estropearía. Es algo que todos sabemos.
El origen del bulo
Seguí investigando, con la intención de entender de dónde salía el bulo. Estaba convencido de que tenía que ser algún tipo de artículo científico mal interpretado por la prensa.
Bingo.
Este es el artículo que lo origina todo: «Making AI Less "Thirsty": Uncovering and Addressing the Secret Water Footprint of AI Models»
¡Wow! Es un pdf de arxiv. No ha pasado revisión por pares. Tiene el mismo rigor que un artículo en blogspot o una nota del móvil subida a Google Docs.
Poco después de su publicación, medios como Forbes, el NY Times o el Washington Post, escribieron artículos haciéndose eco del titular «secret water footprint» con cero análisis crítico.
Tras una lectura con un mínimo de rigor, para mi absoluta sorpresa, considera consumo de agua elementos como la evaporación o el riego de cosechas.
Si esta consideración se trata de un procedimiento estándar en la industria, lo cual desconozco, hay que aclarar que se trata de una interpretación técnica y no popular. ¿Alguien jamás ha considerado que el Sol consume agua?
¿Y a quien se le ocurre computar como «consumo de IA» el agua que se usa para regar cosechas? De nuevo, aunque sea procedimiento estándar, cuando se trata de informar a la población sobre el «consumo de agua de la IA», ¿no debería contarse esta parte como consumo agrícola?
Menudo despropósito comunicativo. En fin. Esperaremos a la rectificación en prensa y TV, ¿verdad?
No he enlazado al artículo original ni a las noticias de prensa para no aumentar el SEO ni las visitas de estos contenidos. Si te interesa, puedes encontrarlos fácilmente buscando por Google.
Consumo energético y de materiales
¿Y el consumo energético, qué? Pregunta razonable. Dediqué un tiempo a investigar esta cuestión, y en el libro dedico parte del capítulo noveno, Retos tecnológicos y sociales, al consumo energético.
Resumiendo los cálculos que explico en el libro, y si se me perdona por hacer el cálculo «en Bernabéus»:
Los ordenadores que usan IA consumen 420MWh, el equivalente a 42 aviones en vuelo
Cada día sobrevuelan nuestro planeta 100.000 aviones. Si alzamos la vista y miramos al cielo, en cada instante hay cerca de 10.000 aviones por encima de nuestras cabezas.
Lógicamente, al consumo energético de los aviones hay que sumar el resto de las industrias: manufactura, transporte por tierra y mar, agricultura, servicios, turismo…
Además, la electricidad que consumen los dispositivos electrónicos puede provenir 100% de fuentes renovables. Es posible ejecutar un programa informático sin contaminar en absoluto, cosa que no es posible en el resto de industrias.
Que cada uno decida qué es más importante. Yo opino que esos 42 aviones diarios son un módico precio a pagar por disponer de una inteligencia general en nuestro bolsillo.
Más información: La Singularidad
Seamos honestos con nuestra huella de carbono
Es necesario ser honestos y hacer el esfuerzo de calcular nuestro impacto ambiental. Como dicen los jóvenes, «escuchamos pero no juzgamos»
¿Cuanta carne comes cada semana?
¿Cuanta ropa te compas cada mes?
¿Cuantos vuelos coges cada año?
¿Cada cuanto tiempo te cambias el móvil? ¿Esperas siempre a que se rompa?
¿Respetas los 21-25C con la climatización, o enciendes el aire a la que sube de 22 para estar fresquito?
¿Apagas el grifo de la ducha mientras te enjabonas? ¿Esperas a tirar de la cadena si sólo has hecho pis?
¿Secas la ropa al sol o en una secadora?
¿Compras más de segunda mano o productos nuevos?
En general, ¿sigues el eslógan «Reducir, Reusar, Reciclar» en este orden, o compras algo cuando crees que lo necesitas, sin pensar si puedes aprovechar otro producto existente?
El problema con medir usando la huella de carbono es que una vez la empezamos a usar, la tenemos que usar con todo. Y vamos a llevarnos sorpresas.
Pedir un libro por Amazon para realizar un trabajo de investigación consume más que consultarlo con ChatGPT, ya no sólo el transporte, sino también la fabricación del mismo.
Quizá el lector pensará, ¡eso es evidente! ¡Lo que hay que hacer es ir a la biblioteca a consultarlo! Bien, espero que vivas en una región con una biblioteca pública, que tengan el libro que buscas, y que puedas ir andando en vez de usar el autobús, porque de lo contrario sigue ganando ChatGPT.
E incluso en el mejor de los casos, si vas andando a la biblioteca de tu barrio, espero que no aproveches para ir al baño ni te detengas a tomar un café por el camino, porque cada taza de café consume 132 litros de agua, incluyendo cultivo, procesamiento y preparación. ¡Y este consumo es de verdad, de agua que se ensucia o se transforma, no simplemente evaporada!
Sí: tomar un café durante una reunión en persona con alguien consume 26.000 veces más agua que enviarle un correo escrito por ChatGPT (5ml).
Si medimos el coste, hay que medir el valor
La IA es una herramienta extremadamente útil que aporta un valor nunca antes visto a cambio de un coste ridículo.
Lamentarnos de que consume recursos si no ponemos en perspectiva el valor aportado es hacerse trampas al solitario.
Tanto en consumo de agua como energético, la IA es un recurso baratísimo, comparado con las alternativas. Y por lo que respecta al uso de materiales como tierras raras, el principal culpable es la electrónica de consumo.
Yo me cambio el móvil o el portátil cuando dejan de funcionar, el último me duró 7 años. Todos mis coches han sido de segunda mano. Tengo la consciencia muy tranquila cada vez que uso ChatGPT.
En resumen:
1️⃣ La IA no consume agua. No la bebe, no la ensucia, no la gasta. En el peor de los casos, la evapora o la devuelve al río un poco más abajo, tan limpia como la recogió.
2️⃣ El consumo energético es minúsculo en el contexto del consumo global de todos los servicios, y si proviene de fuentes renovables, entonces ni siquiera tiene impacto.
3️⃣ La electrónica de consumo (y el consumismo en general) usa muchos más recursos y fabrica trastos inútiles que acaban en un cajón o un vertedero.
4️⃣ El ratio valor/coste de usar IA supera con creces el de otras herramientas o procedimientos.